En el siguiente artículo se aborda la historia y características de otro interesante instrumento electrónico, las ondas Martenot:
"El primer instrumento eléctrico fue inventado por el estadounidense Thaddeus Cahill -entre 1895 y 1906, y se llamaba telharmonium. Haciendo girar unos polígonos de metal en campos magnéticos, Cahill producía corrientes eléctricas de distintas frecuencias que luego hacía pasar por bocinas de teléfono. El telharmonium era un instrumento poco práctico porque, además de pesar varias toneladas, producía un sonido muy débil que podía ser afectado incluso por el carraspeo del público en la sala de conciertos.
En 1920 el físico y músico ruso Leon Theremin inventó el primer instrumento electrónico que ha sobrevivido hasta nuestros días. Inspirado por la atmósfera de renovación que reinaba en la Rusia revolucionaria, Theremin se propuso inventar un instrumento nuevo que no se tocara mecánicamente como el piano o el violín.
Para 1920 ya había circuitos electrónicos sencillos, llamados osciladores, que generaban ondas senoidales, cuadradas, triangulares y en forma de diente de sierra. El theremin consta de dos osciladores que producen ondas de frecuencias superiores a las que pueden percibir nuestros oídos. Las ondas de los dos osciladores interfieren y dan lugar a ondas audibles. El tono se controla moviendo las manos alrededor de unas antenas, sin hacer contacto físico con el instrumento.
El theremin, empero, es un instrumento difícil de tocar. Igual que sucede con el violín, que no tiene trastes como la guitarra, producir una nota precisa requiere mucha práctica, y sobre todo buen tino. Maurice Martenot obvió esta dificultad en 1928 al construir un nuevo instrumento electrónico, conocido como ondas Martenot. El instrumento está formado por un teclado, un altavoz y un generador de baja frecuencia. Las ondas Martenot es un instrumento monofónico, es decir que no produce notas simultáneas. Cuando se presiona una tecla sólo puede producirse un único sonido.
El oscilador de las ondas Martenot genera ondas en forma de diente de sierra que se controla por medio de un teclado convencional y un alambre. El teclado permite producir notas precisas sin dificultad. Tirando del alambre, el intérprete puede hacer subir o bajar el tono en gamas continuas.
Al concluir la Primera Guerra Mundial, Maurice Martenot (1898-1980), un sargento violonchelista y radiotelegrafista, descubrió la pureza de las vibraciones de los tubos radiales, un reciente invento de la época, lo que le llevó a un serie de investigaciones en el campo del sonido y la electrónica.
En 1923, Martenot conoció al diseñador ruso del Theremin, que había afrancesado su nombre como Leon Termen, encuentro que le condujo a diseñar un instrumento basado en las ideas de Termen, dando como resultado un primer modelo, las “Ondas Martenot”, presentado en la Ópera de París y patentado el 2 de abril de 1928 bajo el nombre de “Perfeccionamientos para los instrumentos musicales eléctricos”. Su objetivo era crear un instrumento electrónico versátil que fuese familiar a los músicos de la orquesta.
Las primeras versiones no se parecían en nada a los posteriores últimos modelos, y consistían de dos tablas controladas por el intérprete, quien manipulaba una cuerda adjunta a una anillo en el dedo, aprovechando la capacidad de los cuerpos para controlar el sonido de manera similar al Theremin, pero las versiones posteriores usaban un teclado convencional. Es monofónico, produce un sonido cristalino y se compone del teclado y una tira o pedal que controla el glissando y el vibrato.
También posee un banco de claves de expresión que permiten al ejecutante, con su mano izquierda, cambiar el timbre, los ataques, los armónicos de los sonidos, etc.. En 1938 se introdujo la afinación microtonal, al estilo de la música hindú, como especificara el poeta Rabindranath Tagore y el músico Alain Danielou.
Poco a poco, las Ondas Martenot se convirtieron en el primer instrumento electrónico exitoso y el único de su generación que es empleado en la actualidad. Martenot se convirtió, veinte años después de su invención, en profesor en el Conservatorio de París de su propio instrumento. Su aceptación fue inmediata y a lo largo de los años ha sido receptor de un gran número de obras para o con Ondas Martenot: Edgard Varèse, Olivier Messiaen ("Sinfonía Turangalîla” o "Trois Petites Liturgies de la Presence Divine”, entre otras), Darius Milhaud, Arthur Honegger, Maurice Jarre, Jolivet y Koechlin. Bohuslav Martinů autorizó la adaptación de su "Fantasie" para ondas Martenot, oboe, piano y cuarteto de cuerda cuando concluyó que era difícil interpretarla en el theremin, para el cual había sido originalmente escrita."
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domingo, 28 de noviembre de 2010
El Theremin y la música de cine
A continuación, un artículo acerca de uno de los instrumentos más curiosos, dotado de una sonoridad muy especial: el theremin. El texto fue publicado originalmente por Manuel Taboada en Temalia:
"Un breve repaso al uso de este instrumento electrónico en la música de cine; un empleo generalmente vinculado con lo sobrenatural, lo desconocido o lo misterioso.
El origen del theremin.
Pocos años después de la revolución rusa, Lenin pidió a la comunidad científica que buscara nuevas aplicaciones para la electricidad. Como respuesta, el ingeniero y violonchelista Leon Theremin (Lev Sergeyevitch Temev, 1896-1993) creó en 1920 el primer instrumento electrónico que ha sobrevivido hasta nuestros días, y que lleva su nombre: el theremin o teremin.
La principal característica del theremin es que "se toca sin tocarlo", puesto que se basa en dos osciladores que producen ondas cuyas frecuencias son superiores a las que el oído humano puede percibir. Dichas ondas son las que interfieren entre sí y dan lugar a nuevas ondas audibles, el tono de las cuales se controla moviendo las manos alrededor de la antena del instrumento, pero sin hacer contacto con ella. Esto hace que sea un instrumento muy difícil de tocar (tanto volumen como altura del sonido responden a cualquier movimiento del intérprete), por lo que su ejecución requiere una gran habilidad y maestría. Entre las grandes intérpretes del theremin se cuentan Clara Rockmore o Lydia Kavina.
"Música etérea"
El sonido del theremin sugiere el de una soprano, o incluso el de un violín, pero realmente es muy diferente; tiene una cualidad expresiva e inmaterial que para describirlo se habla a menudo de "música del éter" o "música sobrenatural". Estas características hicieron que muy pronto los compositores se fijaran en el nuevo instrumento y comenzaran a incorporarlo a sus obras o incluso a escribir piezas específicas para el mismo.
El theremin y la música de cine.
Las notas del theremin se asociaron de manera casi natural con temas relacionados con el subconsciente o lo sobrenatural, por su carácter inmaterial e inasible. Uno de los primeros compositores que lo utilizaron fue también un ruso, Dmitri Shostakovich, que con 24 años lo empleó en la primera película sonora de la historia de la Unión Soviética, un film titulado "Solo" (1930). Shostakovich lo empleó en una escena de tormenta, dotando a la misma de un sonido a la vez extraño y misterioso.
Miklos Rozsa y "Recuerda".
El compositor húngaro Miklos Rozsa usó por primera vez el theremin en la banda sonora de la película "Días sin Huella" (The Long Weekend), su primer trabajo para la Paramount. El éxito del instrumento en la descripción de los delirios del protagonista fue tal, que Rozsa volvió a utilizarlo en su siguiente trabajo, la música para la película de Alfred Hitchcock "Recuerda" (1945).
En "Recuerda", los sonidos del theremin y los decorados surrealistas de Dalí permitieron reflejar espléndidamente el mundo oculto en la mente del protagonista. La magnífica banda sonora dio a Rozsa su primer Oscar, y se ha convertido en ejemplo típico de la importancia de la asignación de un instrumento a la descripción musical de una escena, o a la caracterización física o psicológica de un personaje.
Rozsa volvería a utilizar de nuevo el theremin fuera del cine, en su Concierto para piano y orquesta.
Otros compositores que emplearon el theremin.
Posiblemente, la asociación entre el theremin y las películas de ciencia-ficción se produjo a partir del magnífico uso que del instrumento hizo Bernard Herrmann en la película "Ultimátum a la Tierra" ("The Day the Earth Stood Still"). También Howard Stein había usado el theremin en otra película clásica de ciencia-ficción, "It Came From Outer Space". No es de extrañar, por tanto, que Howard Shore, a la hora de reflejar la vida de un productor de películas de serie B en el film "Ed Wood", volviera a echar mano del instrumento electrónico.
El theremin fue, como decimos, explotado de un modo casi abusivo en películas fantásticas o de ciencia ficción a partir de los años cincuenta, entre otras: "Five Thousand Fingers Of Mr.T", "Operation Moon", "Murder At Midnight", "The Mad Magician", "The Day the World Ended", "Please Murder Me", "The Spiral Staircase", "The Red House", "Rocketship X-M", "The Thing", "The Delicate Delinquent" y "House of Wax". Incluso fue utilizado por Elmer Bernstein en la sinfónica banda sonora de "Los Diez Mandamientos" para las escenas de las plagas.
Aunque otros instrumentos han entrado en competencia directa con él, el theremin sigue empleándose en la música de cine. Hemos podido escucharlo, además de en la mencionada Ed Wood, en Existenz, también gracias a Howard Shore, o en Mars Attacks!, de Danny Elfman (de nuevo un guiño a las películas clásicas de ciencia ficción). "
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